En el marco de la Santa Misa celebrada en Atenas, durante su viaje apostólico, el Papa Francisco alentó a los fieles católicos de Grecia a no temer no temer a la pequeñez, "porque la cuestión no es ser pequeños o pocos, sino abrirse a Dios y a los demás", ni tampoco tener miedo de la aridez existencial de la vida, "porque Dios no la teme, y es allí donde viene a visitarnos y liberarnos en situaciones sin vía de escape". La clave está en confiar en Él y ponerlo en primer lugar.