Un niño con discapacidad se convirtió hoy en el protagonista de la audiencia general celebrada por el papa Francisco, al separarse de su madre, subir al estrado y pedir a toda costa el solideo del pontífice.
Finalmente después de que le regalaron uno, regresó satisfecho con su madre, que se encontraba entre los varios miles de fieles presentes en el aula Pablo VI.