Como cada año una lluvia de pétalos de rosas blancas descendienden delante del baldaquino de la Basílica de Santa María la Mayor. Con ello se recuerda el milagro de la nevada en pleno mes de agosto, que dio origen al primer templo dedicado a la Virgen María en occidente y en el que se resguarda la imagen de la patrona de Roma, Salus Populi Romani.