El coronavirus no da tregua y su paso por Tierra Santa puede tener un resultado desgarrador. Siendo el centro de las religiones abrahámicas, es uno de los principales destinos de peregrinaje del mundo, su mayor fuente de ingresos. El año pasado 4 millones y medio de personas visitaron Israel, algo que ha cambiado drásticamente. Aunque no es la primera vez que una pandemia amenaza a esta tierra ancestral.