Luciano entró a trabajar en el Vaticano en 1980 y, lógicamente, del que guarda mejores recuerdos es de Juan Pablo II. De su simpatía, su cercanía y también de sus enfados.
LUCIANO FIRMANI
“Cuando lo vi más enfadado fue en un sínodo. Un sínodo del que no recuerdo el tema. No entendía por qué no seguían su razonamiento. Recuerdo que tomó el ascensor y lo llevé arriba. Dentro estaban los que formaban el consejo del sínodo y él estaba tan enfadado que... era la primera vez que lo vi así”.