Vincent Lambert ha fallecido este jueves a las 8.24 horas, nueve días después de que los médicos del Hospital de Reims, encabezados por Vincent Sánchez, le retiraran la alimentación y la hidratación para dejarle morir de hambre y sed.
Este enfermero tenía 42 años y sus padres han intentado por todas la vías legales e incluso diplomáticas posibles que el Estado francés no acabara con la vida de una persona que no estaba en estado terminal ni padecía una enfermedad incurable. Lambert se encontraba en un estado de mínima conciencia tras un grave accidente que sufrió en 2008. Tenía una dependencia absoluta pero podía continuar viviendo recibiendo simplemente los cuidados a los que tiene derecho cualquier enfermo, y que incluía el ser alimentado e hidratado.