El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional debatieron sobre la recuperación económica mundial tras la pandemia.
El Papa Francisco les dirigió una carta, llamándolos a buscar un plan de recuperación equitativo y sostenible que reconozca las necesidades de los países en vías de desarrollo y en particular de los 52 países que sufren una crisis por la deuda. Para el Papa, la reducción de la deuda no es sólo una cuestión financiera, sino una cuestión de respeto a la dignidad humana.