"José era un hombre justo, que obedecía la Ley del Señor. Sin embargo, su aceptación de la voluntad de Dios pasó por un momento de dura prueba, al saber que María, su prometida, estaba embarazada. A pesar de todo, su amor y su docilidad a la voz del Señor, que se le reveló en sueños, le permitió llevar adelante una paternidad fecunda, capaz de proteger a su familia y de transmitirle una herencia material y espiritual. De ese modo, José supo poner en práctica la Palabra de Dios durante toda su vida, expresándola en actos de fe, esperanza y caridad"