P. GERARDO RODRÍGUEZ - Capellán Hospital Spallanzani (Roma)
“Entre las cosas más difíciles y duras que estamos viviendo en este tiempo en el hospital para nosotros sacerdotes es tener que acompañar a la persona que ha muerto en completa soledad. Me sucede muy a menudo en estos días de yo tener que dar la bendición a un ataúd solo, el difunto y yo y a lo mejor el operador sanitario haciendo un video para la familia que está en la casa y que no puede acompañar al difunto”.