Uno de los mayores genocidios modernos se cometió en Camboya hace apenas 40 años. Los Jemeres rojos asesinaron a uno de cada tres hombres, la cuarta parte de la población. En cuatro años la locura de Pol Pot acabó con la vida de un millón setecientas mil personas. El dictador devolvió al país al medievo y arrasó con el cristianismo.
Poco a poco la Iglesia va recuperándose. Después de la persecución y el martirio, la Iglesia puede renacer de sus propias cenizas.