Ayuda a la Iglesia que Sufre es conocida por su labor para ayudar a los cristianos perseguidos y sensibilizar sobre su situación actual. Hoy hay 200 millones que no pueden practicar libremente su fe, y que en más de 40 países sufren acoso o discriminación. Por ejemplo, en 2019 apoyaron proyectos de cristianos en Nigeria, Camerún y Burkina Faso, donde el fundamentalismo y terrorismo yihadista está haciendo estragos.