Uno de cada 12 cristianos en el mundo es víctima de la violencia por motivos de religión. En cabeza sigue Corea del Norte donde hay una falta absoluta de libertad religiosa. La sigue Somalia, donde la conversión al cristianismo de un musulmán puede suponerle la muerte. Afganistán, Pakistán, Siria e Irak continúan por desgracia en la lista.
Al macabro "top ten” ha entrado este año también Yemén. El país más pobre de Oriente Medio sigue inmerso en una guerra civil con los cristianos en medio del fuego cruzado.