El papa Francisco rezó en el ángelus del domingo, por los cientos de fallecidos tras el paso de un potente tifón por Filipinas. Según las primeras cifras, dejó al menos 200 víctimas y enormes daños materiales:
"Que el Santo Niño traiga consuelo y esperanza a las familias con mayores dificultades; y a todos nos inspire formas concretas de ayudar. El primer modo concreto es la oración, luego las otras ayudas".