En uno de los mayores centros de congresos de Tokio, Francisco escuchó las duras historias de quienes sobrevivieron a la triple catástrofe desencadenada el 11 de marzo de 2011 en Japón: el terremoto, el tsunami y el desastre nuclear.
En cada viaje, el Papa dedica tiempo a contemplar las heridas de los países que visita. En Japón fueron tres: los martirios de los primeros cristianos, las bombas atómicas y el desastre de Fukushima.