En la tradición judía el color púrpura era uno de los más preciados. Se utilizaba para cubrir el Tabernáculo del templo judío y en las vestiduras sacerdotales. Tanto fue así, que este teñido era considerado de los de más alto valor y coste. Así se menciona hasta un total de 25 veces en el Antiguo Testamento.
En 2016, en la Cueva de las Calaveras, en Jordania, fue hallada una pieza de estas características: un trozo de fibra de lana teñida. Mide escasos dos centímetros y posee 3.800 años de antigüedad. Así lo ha evidenciado la prueba de carbono a la que se ha sometido el fragmento hace escasas semanas.