Lo que comenzó como un resfriado el 5 de febrero en la audiencia general del miércoles, derivó en una bronquitis que obligó a Francisco a trasladar todos sus encuentros durante más de una semana a su residencia, a Casa Santa Marta, en vez de hacerlos en el Palacio Apostólico. Pero a pesar de estas medidas de cautela para intentar protegerlo del frío u otros factores que pudieran agravar su salud, el papa tuvo que ingresar al hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero. El papa poco a poco parece estar mejor, aunque todavía no tiene una fecha de alta. Habrá que esperar algunos días todavía para ver cómo va reaccionando a los tratamientos.