Suecia sigue conmocionada tras el tiroteo que se produjo el 4 de febrero en un centro de educación para adultos, en una ciudad a unos 200 km de Estocolmo.
Unos de los primeros en pronunciarse fue el cardenal Arborelius, el obispo de Estocolmo. En un comunicado, dijo que la Iglesia llora a las víctimas. Además, señaló que parece que la violencia va en aumento en el país y espera que el bien y la comprensión prevalezcan.