La mañana del miércoles, la audiencia general comenzó con la vuelta de León XIV en papamóvil; un momento muy especial que suele levanta muchas emociones entre los fieles.
Como es tradición, la seguridad que acompaña al papa le va acercando a bebés para bendecir pero, en esta ocasión, llegó a sus manos uno de los objetos americanos por excelencia: una pelota de béisbol que se paró a firmar.
El papa terminó de saludar a todos y comenzó con la catequesis, esta vez, enfocada en el trabajo. A pesar de que el calor comienza a apretar en Roma, la plaza abarrotada de gente escuchaba su enseñanza.