El papa continúa con una agenda bien apretada, en este año jubilar. Celebró la catequesis pública extraordinaria y se reunió con un grupo de 250 jóvenes ucranianos que, a causa de la guerra, están repartidos por todo el mundo.
A ellos, Francisco les pidió ser “patriotas” y más ahora, que su país está “herido por la guerra”. Pero al mismo tiempo señaló que este sentimiento debe ser compatible con la capacidad de perdonar por las ofensas recibidas.