La dictadura de Ortega vuelve a arremeter contra los obispos nicaragüenses. Según la prensa local, el presidente del episcopado del país, Carlos Herrera, fue desterrado a Guatemala el 13 de noviembre.
Los medios señalan que fue por hacer una denuncia pública contra el gobierno local de su diócesis, en la que se quejaba de los eventos ruidosos que organizaba el ayuntamiento y que se hacían durante las celebraciones litúrgicas.