El rojo, desde los primeros siglos de la era cristiana, ha sido siempre el color litúrgico de la muerte o de un funeral en la ciudad de Roma. ¿Por qué? Porque Roma es la ciudad de los mártires. En efecto, los cardenales usan también este color porque están llamados a entregar completamente su vida por amor a Jesucristo. Y el papa, por supuesto, no puede estar exento de esta condición.
El papa no quiso que su sepulcro estuviese en el Vaticano, sino en Santa María la Mayor. Aunque no es el único que ha tomado esta decisión.
Tenemos también no muy reciente, pero sí en los últimos siglos, en las últimas décadas, algunos papas enterrados fuera de la Ciudad del Vaticano como, por ejemplo, Pio Nonno, que está sepultado en la basílica de San Lorenzo 'fuori le mura'. Digamos que no es normal, pero no es una absoluta excepción. Digamos que es una novedad para nuestras generaciones.
En la basílica donde está la Salus Populi Romani, la patrona de Roma y a la que Francisco le tenía tanta devoción, hay otros siete papas.
de Leonardo Cardoso,doctor en liturgia