León XIV se presentó en el balcón central de la basílica y no en la ventana de los apartamentos pontificios, como es tradicional. Estos todavía estaban cerrados.
Además, el pontífice no recitó la oración. La cantó.
El mensaje que transmitió al concluir el rezo habló de paz, entre otras cosas porque recordó que hacía pocos días se conmemoraban los 80 años del fin de la II Guerra Mundial en Europa.