El papa y el presidente del Estado de Palestina condenan el terrorismo y piden un cese al fuego y la liberación de los rehenes.
Además se insiste en que la solución de los dos Estados es la más adecuada. Esta, señala la Santa Sede, se debe conseguir con diálogo y diplomacia. Además, Jerusalén debe mantener su estatuto especial y que debe ser un espacio para el encuentro y la amistad entre judíos, cristianos y musulmanes.