Dos mensajes del papa en Córcega: La fuerza de la piedad popular y el no a la “fe privada”.
Francisco eligió como destino de su viaje internacional número 47 la isla de Córcega. Allí se desplazó para clausurar un congreso sobre la religiosidad popular.
Las calles de esta pequeña localidad estaban llenas de lugareños ansiosos por saludar al papa. Alguno, como esta anciana de 108 años lo consiguió y hasta se llevó la bendición papal.