Ya fuera del hospital, el papa está siguiendo lo que le pautaron sus médicos: reposo y dos meses de convalecencia. Dentro del Vaticano, su casa está equipada con lo necesario para que pueda seguir las terapias que, además, están dando resultados positivos.
Ahora, la buena noticia que confirma el Vaticano es que el papa está mejorando en el habla, y también a nivel motor y respiratorio. Además, le han bajado las dosis de oxígeno de alto flujo.
En cuanto a su día a día, Francisco mantiene la rutina que seguía en el Gemelli: oración, reposo y fisioterapia. Pero también está trabajando, aunque de forma más restringida y sin hacer mucho esfuerzo, como le aconsejaron los médicos.
Aunque esto no quiere decir que Francisco no siga gobernando la Iglesia desde su casa. El Vaticano confirma que el papa sigue recibiendo documentos que le hacen llegar los diversos dicasterios de la Curia; muchos de ellos requieren por norma el visto bueno del papa.