Millones de personas en todo el mundo están atrapadas en redes de tráfico de personas. La mayoría son mujeres y menores de edad. Y lo peor es que la tecnología ha ayudado a los traficantes a captar a personas vulnerables.
Para denunciar este drama, las embajadas de Irlanda y EE.UU. ante la Santa Sede, y la Unión Internacional de Superioras Generales organizaron un simposio sobre cómo capacitar a los jóvenes en la lucha contra esta esclavitud.