Aunque el papa no participó en el Vía Crucis, su pensamiento estuvo muy presente porque las meditaciones que acompañaron cada estación fueron escritas por él mismo.
Fueron reflexiones muy espirituales, aunque con algún que otra crítica a la mentalidad de hoy que el papa comparó con la de los constructores de la Torre de Babel.
El papa también pidió oraciones por la unidad de la Iglesia, aunque sobre todo se centró en la necesidad de una conversión personal. Dijo que el egoísmo propio es más pesado que la Cruz de Jesús...