La Santa Sede advierte de que el Camino Sinodal alemán no tiene poder para obligar a obispos ni fieles a asumir nuevas formas de gobierno ni doctrinas morales.
En un comunicado de prensa, la Santa Sede señala que no sería lícito iniciar en las diócesis “nuevas estructuras oficiales ni doctrinas que supongan una herida para la comunión eclesial ni una amenaza a la unidad de la Iglesia”.
Se recuerda que los cambios se deben acordar a nivel de la Iglesia universal y que las diócesis no pueden tomar decisiones doctrinales unilateralmente.