El conflicto no resuelto entre judíos y palestinos durante generaciones está viviendo una nueva escalada de tensión generada por dos motivos. Por un lado, las restricciones impuestas por Israel para evitar aglomeraciones durante el Ramadán, generaron malestar en los musulmanes palestinos. Por otro lado, los ánimos se exacerbaron ante la amenaza de Israel de desalojar a familias palestinas para ocupar su terreno. Al final se llegó a las armas.
Los cristianos de Jerusalén y de Gaza están muy preocupados por el aumento del enfrentamiento, y rezan por la paz. Lo cuenta desde Jerusalén el sacerdote Juan Antonio Ruiz, director del Instituto Español Bíblico y Arqueológico.