Muchos de los mensajes que el papa Francisco ha lanzado en encuentros con seminaristas o consagrados han sido dirigidos a los formadores. Ante la aparente falta de vocaciones dijo que es importante no aceptar a cualquiera con tal de formar un relevo generacional.
El Papa también tiene una idea clara sobre la llamada “crisis de vocaciones” en la Iglesia. Dice que Dios sigue llamando también en el siglo XXI.
Y a los seminaristas, sacerdotes y consagrados, les aconseja que se eduquen en humanidad, que destierren tentaciones que van desde la pornografía hasta las ganas de hacer carrera clerical. Subraya la importancia de evangelizar y que le dediquen más tiempo en presencia que en remoto.