Imagínense juntar en el Vaticano a eminencias de los campos más diversos: desde políticos de gran nivel, pasando por altos cargos del deporte, nóbeles de la paz, y hasta la realeza. Fue lo que hizo el papa en una cumbre por los derechos de los niños.
Los mensajes fueron potentes; con mayor impacto internacional aún si vienen de una Casa Real. Destaca el mensaje de Rania de Jordania que no quiso pasar por alto que, a veces, se normalizan imágenes de menores al más puro estilo película de terror.