Durante la audiencia general del pasado miércoles, el papa lamentó la aparición de nuevos movimientos católicos que no llevan a un encuentro personal con Cristo. Dijo que le preocupa que haya cristianos cristianos más preocupados a hablar de su grupo o de su estilo antes que hablar de Dios.
Al mismo tiempo insistió en la necesidad de que en la Iglesia se recupere el valor de la adoración. Por eso, como ya hizo en otras ocasiones, sugirió que cada cristiano dedique tiempo diario a rezar ante el sagrario.