Con la Infancia Misionera, que celebramos este domingo, los niños no sólo ayudan a otros niños sino que conocen mejor su fe, aprenden lo que ocurre en países lejanos y acogen a todos sin importarles su raza o religión. Además, dejan de ser indiferentes a las necesidades espirituales o materiales de otros de su edad.
Esto es evidente en el “Hogar de Nazaret”, donde han salvado la vida a 80 niños.