La Capilla de San Lorenzo en Roma, ha recuperado los vibrantes colores de sus frescos gracias a la aportación de John y Virginia Gildea, un matrimonio estadounidense patrono de las Artes de los Museos Vaticanos. Quieren acercar la fe a todo el mundo. Ellos ya han puesto su grano de arena. Ahora es el turno de los peregrinos y turistas. Solamente tienen que girar a mano derecha cuando visiten la Scala Santa para ver en su esplendor original el oratorio donde los Papas se pusieron al servicio de Dios durante siglos.