La oración requiere práctica, como casi todo en la vida. Sin embargo, es el único hábito que puede servir de ancla, para afrontar las dificultades que lleguen. “Lee la Biblia como una carta de amor de Dios. Mira todas las formas en que Él te ama, que es digno de confianza, que es fiel, que no te falta su providencia. Nos cuida de muchas maneras, y así también nos muestra su amor. Cuanto más sepamos de Dios, más nos sentiremos en comunión con Él”.