Roma. 1943. En esta habitación del hospital Fatebenefratelli se escondieron decenas de judíos durante la redada nazi tras la madrugada del 16 de octubre. Así es como está en la actualidad.
Consiguieron salvar sus vidas gracias a un médico, el doctor Borromeo. Este, para evitar los controles nazis, ideó una ingeniosa artimaña: la de asegurar a los soldados alemanes que los pacientes que cuidaba padecían una enfermedad terrible y contagiosa.