Durante el rezo del Ángelus del domingo 3 de julio, el papa Francisco recordó con dolor los atentados de los últimos días en Bagdad y Dacca, en los que más de 150 personas perdieron la vida a manos de los terroristas.
Para el Papa el mes de julio será un período de trabajo de puertas adentro. Hasta la JMJ prácticamente no tendrá actos públicos.