La acogida de migrantes y refugiados de Oriente Medio también supone un reto para los cristianos que acogen a otros cristianos.
Estos que huyen de países como Siria, Irak o Líbano pertenecen a los ritos orientales. Su cultura y espiritualidad es diferente al rito latino, instaurado principalmente en Occidente.
Desde Roma, recuerdan a día de hoy la petición que León XIII hizo hace más de un siglo a los católicos de rito latino: que cuando acojan a sus hermanos orientales traten de ayudarles a preservar tanto su espiritualidad como sus costumbres.