La basílica de San Pedro se llenó de centenares de personas sin recursos. Todos ellos participaron en la misa que desde hace años el papa organiza para ellos en el penúltimo domingo del año litúrgico.
Se trata de la Jornada Mundial de los Pobres, en la que el pontífice trata de sensibilizar a toda la Iglesia sobre la importancia de ayudar al prójimo.