En la catedral de la capital de Timor Oriental el papa se reunió con obispos, sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos con la evangelización.
El testimonio de uno de ellos conmovió a los presentes. Se trataba de un hombre de 87 años que tuvo que dejar de dar catequesis a los 82 a causa de la edad y del parkinson. Pero durante los años en los que le tocaba trabajar en las parroquias, en ocasiones, hasta tenía que recorrer a pie 10 kilómetros diarios y afrontar las malas condiciones del clima.