El Papa recordó que para un cristiano la Navidad “es el acontecimiento decisivo, que no puede ser confundido con lo que es banal y efímero”.
Sugirió reflexionar sobre el significado de este período y contemplar, por una parte “el drama del mundo, en el que el hombre herido por el pecado busca misericordia y salvación, y por otra, la bondad de Dios”.
Concluyó recordando que la figura de Jesús es clave. “En este tiempo de sufrimiento y de incerteza a causa de la pandemia, la presencia de Dios en el niño recién nacido en Belén, indefenso, humilde y pobre, nos libra del sentido de fracaso, de impotencia y de pesimismo que llevamos dentro, y nos descubre el verdadero significado de la existencia humana y de la historia”.