El papa Francisco celebró esta Misa en la Plaza de san Pedro para conmemorar la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado, que este año tuvo como lema “no se trata solo de migrantes.” Asistieron muchas personas de diferentes culturas, en representación de todos los emigrantes y refugiados del mundo.
Durante su homilía, el Papa dijo que no se puede permanecer indiferente ante el drama de las viejas y nuevas pobrezas que embate la tragedia de la migración.
Francisco condenó la violencia en medio del drama de la migración y la actuación de algunos “países en vías de desarrollo que siguen agotando sus mejores recursos naturales y humanos en beneficio de unos pocos mercados privilegiados”.