El Papa presidió la Misa en Canadá, el día de San Joaquín y Santa Ana, los abuelos de Jesús. Es una ocasión muy especial para los cristianos indígenas. En sus comunidades los ancianos gozan de un gran respeto.
En su homilía, el Papa pidió a gente de orígenes muy diferentes que recordaran sus raíces para conocer su propia identidad.
Francisco también pidió a los jóvenes trabajar por un futuro mejor para las generaciones que les seguirán. Y preguntarse cómo quieren ser recordados.