Durante la catequesis semanal el papa reflexionó sobre lo que llamó “frutos del Espíritu Santo”. Explicó que esos frutos son “amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia”. Dijo que son resultado “de una colaboración entre la gracia de Dios y la libertad humana, algo que todos estamos llamados a cultivar, para poder crecer en la virtud”