Domingo 20 de agosto de 2017
Basílica de la Sagrada Familia en Barcelona.
Homilía del cardenal de Barcelona Juan José Omella, en la misa por las recientes víctimas del terrorismo en Barcelona y Cambrils, del pasado jueves 17 de agosto.
El cardenal explicó ante los 1.800 asistentes (el aforo del templo) que además de un mensaje oficial firmado por el cardenal Parolin desde Roma asegurando la oración del Papa y condenando la violencia ciega, que es una ofensa gravísima al Creador", el mismo Papa Francisco le habbía dejado un mensaje en su teléfono móvil el sábado por la tarde.
"Ayer por la tarde, el Papa me dejó un mensaje en el móvil: "Cardenal Omella, además, del mensaje del cardenal Parolin, quiero personalmente hacerme cercano a usted y acompañarlo en la misa que va a celebrar. Estoy cerca de ustedes en este momento doloroso. Les acompaño mucho. Que Dios les bendiga. Rezo por ustedes y ustedes recen por mí", leyó Omella.
Reparar por los pecados en un templo expiatorio
Recordó además que la Sagrada Familia fue creada por el arquitecto Gaudí como un templo para reparar por los pecados, "¿y no es un pecado gravísimo atentar contra la vida de unos inocentes?", dijo.
Comentó el evangelio del día, sobre la mujer cananea o sirofenicia que pedía a Jesús que liberase a su hijo endemoniado. "Jesús propone como modelo de fe a la cananea, que no practicaba la fe como los israelitas", quiso detallar.
En ese contexto, explicó que también hoy podemos "decirle al Señor que cure a quienes han quedado heridos o destrozados por estos atentados". También quiso recordar a las víctimas de las guerras en otros países. Y añadió: "La paz es el mejor alimento de nuestras vidas". "Que todos seamos constructores y artesanos de paz", insistió. Y agradeció el trabajo de policías y sanitarios en su servicio de estos días.