TEMAS
- 4. Las cinco preguntas existenciales. (Ejercicios espirituales de San Ignacio)

Todavía estamos en la introducción a los Ejercicios Espirituales. En esta ocasión les quiero hablar de las cinco preguntas existenciales que todos nos debemos hacer. A esas preguntas responde San Ignacio, con su lenguaje del siglo XVI, en su primera meditación que se llama "Principio y Fundamento". Comienza así: "El hombre es creado para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor y mediante esto salvar su alma (ser feliz)". Las preguntas son estas:
1. ¿Quién soy yo? Yo no soy lo que aparece en el espejo cuando me miro: soy alto bajito, gordo, rubio, pelo negro, con barba,
etc. Ni que soy médico, abogado, maestro, ni que tengo tres hijos, tengo dinero, etc. Todo eso es exterior a mí. Mi verdadero yo es mucho más profundo. Yo soy único e irrepetible, no hay nadie como yo en el mundo, ni nunca lo habrá. Soy hijo de Dios, una maravilla de la creación. Los científicos se quedan maravillados al contemplar la grandeza del ser humano. El celebro es algo extraordinario. No hay ninguna computadora que se le pueda igualar. Por eso exclama el salmista: ¡Qué admirable es tu nombre! ¿Qué es el hombre para que te acuerdes de él, el ser humano para darle poder? Lo hiciste menos que un dios, todo lo pusiste bajo sus pies.
2. ¿De dónde vengo? No vengo de la nada. Vengo de Dios que me hizo con su poder. Antes de ser concebido ya yo estaba en la mente de Dios. Ya me conocía. Darwin decía que todo lo creado, también el ser humano, venía por evolución. La Iglesia no tiene problemas con esa teoría con tal de que se salve lo específico del ser humano: el alma, el espíritu. En eso nos parecemos a Dios, porque podemos amar, pensar, mirar el futuro, crear.
3. ¿A dónde voy? Si no vengo de la nada, tampoco voy a la nada. Voy a Dios. Ese es mi destino. En eso nos diferenciamos de los animales. Mi destino es eterno. Muchos dicen que nacemos para morir y que con la muerte todo se acaba. Si así fuera seríamos los hombres y mujeres más miserables del mundo. Pero no, vamos hacia Dios. Él nos espera. Nosotros los cristianos decimos que con la muerte es que comenzamos a vivir. "Porque para los que creemos la vida no se acaba, sino que se transforma y al acabarse esta morada en la tierra adquirimos una morada eterna en el cielo" Allí no habrá llanto ni dolor, ni tribulación y estaremos con Dios que es la fuente de la vida y la felicidad. Esto es maravilloso.
4. ¿Qué sentido tiene mi vida? Ojo con esto. Tenemos que vivir para algo grande. El que sólo vive para el placer, para la buena vida, es digno de compasión. Dios, al crearnos, nos dio a todos una misión que sólo nosotros podemos cumplir. Pregúntate cuál es la misión que Dios te ha dado. La mayor tragedia es no tener un sentido que dar a la vida. A uno que murió San Pedro le preguntó: Has amado a alguien, has acariciado un niño, has sembrado un árbol, has ayudado a un anciano, has dado una sonrisa a alguien? El hombre respondió en negativo a todas las preguntas. San Pedro le dijo: Y ¿por qué has tardado tanto tiempo en venir? Hace tiempo que estabas muerto. Nacemos para amar y si no lo hacemos, estamos perdidos.
5. ¿Qué debo hacer? No puedo seguir viviendo la vida rutinaria que vivo. Soy algo importante y estoy aquí para algo importante. No puedo desperdiciar mi tiempo. La vida es corta. Los Ejercicios son para eso: para que yo enmiende mi vida y viva para amar. Ese es el propósito que debemos hacer. Quiero orientar mi vida. Quiero vivirla en plenitud. Mira hacia atrás. Cómo has vivido tu vida? Responde con sinceridad al Señor.
Padre Fabián

 

Suscripción al boletín informativo

Si desea recibir información sobre las últimas novedades de la programación de Nazaret TV, envíe los siguientes datos:

Hemos recibido su petición de suscripción correctamente. En breve recibirá un correo electrónico para confirmarla.

Error

Suscripción al boletín informativo

Gracias, su suscripción ha sido confirmada. Pronto empezará a recibir nuestros boletines.