Durante su discurso en la tercera edición de los Estados Generales de la Natalidad de Italia, el papa Francisco lamentó que haya personas que, desde su punto de vista, ofrezcan más atenciones a sus perros que a las personas.
El Papa contó dos anécdota muy reveladora. "Hace quince días, mi secretario paseaba por la Plaza y vino una madre con un cochecito de bebé. Él, sacerdote de corazón tierno, se acercó a bendecir al niño, ¡y era un perrito! Hace quince días, en la Audiencia de los miércoles, yo iba a saludar, y pasé por delante de una señora, de cincuenta años más o menos -¡como yo más o menos! – saludé a la señora. Y ella abrió una bolsa y dijo: '¡Bendiga a mi bebé!' Era un perrito. Ahí no tuve paciencia y regañé a la señora: 'Señora, ¡tantos niños con hambre, y usted con el perrito! Hermanos y hermanas, éstas son escenas del presente, pero si las cosas siguen así, ésta será la costumbre del futuro. Tengamos cuidado”.
El Papa señaló que los hijos son un medidor de la esperanza de un pueblo: si nacen pocos niños significa que tiene poca esperanza. Italia -como España- está ahora en su mínimo histórico de nacimientos. Y eso mina la confianza en el futuro.