Martín, el hijo que el gobernador de Guayaquil tuvo con una criada, decide entrar en un convento, pese a las promesas de su padre. Bajo el apodo 'Fray Escoba', allí es feliz barriendo y limpiando todo el tiempo, hasta que se da cuenta de que es capaz de hacer milagros, sin saber cómo lo consigue. Su fama y dones se propagan por todo el país.