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- Diego Blanco: Van a quitar de 'El señor de los anillos' su raíz cristiana por la deconstrucción woke

«¿Es importante venir aquí a hablar de hobbits y elfos en vez de sobre el aborto o la eutanasia?», se preguntaba el escritor y productor de televisión Diego Blanco este viernes en la Iglesia de los Dolores de la localidad granadina de Baza. Blanco profundizó en el sentido profundo de la obra de J.R.R. Tolkien en las IV Jornadas Católicos y Vida Pública de Guadix, organizadas por la ACdP el 20 de mayo: «Estoy convencido –se respondía– de que es importante hablar de El señor de los anillos».

Blanco destacó que esta es «la obra literaria católica más importante del siglo XX», y defendió su relevancia también en el siglo XXI, en un ambiente marcado por la cultura de la cancelación. El autor de Un camino inesperado recordó que en septiembre Amazon Prime Video estrenará Los anillos de poder, una serie inspirada en la obra de Tolkien: «Van a convertir la mitología de El señor de los anillos en la ideología dominante y woke, y con toda seguridad cambiarán la raíz cristiana de la obra», señaló.

Frente a esto, Blanco reclamó el sentido originario de la obra, porque –dijo– «puede ayudar muchísimo a los jóvenes, servir de puerta de entrada para que descubran que su vida se inscribe en un relato mucho mayor de lo que puedan llegar a pensar». En clave testimonial, el ponente dio razón de este argumento en primera persona: «Si hoy estoy aquí, es gracias a El Señor de los Anillos».

Una experiencia inesperada

Blanco recordó su infancia como el pequeño de cuatro hermanos y con un padre marino mercante que pasaba largas temporadas fuera de casa. «Echaba de menos una figura paterna, la buscaba en mis profesores», señalaba, y relató cómo la muerte de dos sacerdotes a los que tenía como referentes le llevó a entrar en la adolescencia como un «perfecto capullo». Sus padres, que no sabían qué hacer, le castigaban a menudo sin salir de casa.

«Pasaba esas horas muertas leyendo –explicó–, y escuchaba una voz que me decía 'Sufres mucho y tus padres no se enteran, ¡tírate por la azotea y verás cómo se fastidian!'». Un día, cogió un ejemplar de El señor de los anillos, lo empezó a leer… y cuando lo cerró, la voz se había marchado. «Aquel libro no me juzgaba; Tolkien contaba la historia de un ser maligno con un arma capaz de dominar a cualquiera, ¡pero no criticaba a los tentados!», recordaba Blanco, aunque en aquel momento se lo tomaba como una idea bonita, pero fantástica.

Poco después, por diversas circunstancias escuchó a alguien que citaba a San Pablo: «Porque no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero». «¡Anda, como el anillo!», pensó de repente el joven Blanco. De ahí, poco a poco, fue acercándose a la Iglesia y a los sacramentos: «El señor de los anillos me devolvió la esperanza», relata el investigador, que lleva 30 años estudiando la obra de Tolkien y transmitiendo su sentido profundo al mundo.

La deconstrucción de los cuentos

Blanco también abordó el significado íntimo de los cuentos de hadas, un elemento fundamental en el pensamiento de Tolkien, que consideraba que estos relatos contienen un eco del Evangelio. Analizó en esta línea las historias de Blancanieves, Rapunzel o la Caperucita Roja, y criticó la obsesión que hay en nuestra época por deconstruir las historias: «Blancanieves –reflexionó- ahora no es una metáfora del Génesis y la redención, sino una pobre chica oprimida por el patriarcado… y Caperucita hoy exclama '¡Pobrecito lobo!'».

Blanco destacó que, en esta lógica de la deconstrucción, la última gran lucha a deconstruir es la del bien contra el mal. «Hoy los monstruos son los protagonistas de las películas y series infantiles, y esto es tremendamente importante, porque nos va cambiando la forma de pensar sin que nos demos cuenta», planteó, poniendo ejemplos como Hotel Transilvania, Monster High o Vampirina.

El guionista señaló que las películas son cada vez más oscuras, y parece que los finales tristes son los únicos creíbles, pero que esto es lo contrario a lo que creía Tolkien, «porque lo propio del cristiano –continuó– es el final feliz, que es la Resurrección de Cristo».

Luchar por la libertad

La intervención de Blanco fue precedida por la inauguración de las jornadas, en las que el presidente de la ACdP, Alfonso Bullón de Mendoza, trazó un paralelismo entra la obra de Tolkien y la sociedad actual. «Estamos en una época en la que es necesario luchar por la libertad», aseguró, y dijo que, como en la Tierra Media, hoy nos preparamos para defender nuestros hogares en luchas que parecen sin esperanza, como las de la defensa de la vida o la libertad de educación.

 

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