Ousman nació en Ghana, en la tribu de los Walas. Con 9 años comenzó a trabajar en una chapistería. A los 13 fue engañado por una mafia que le abandonó en el desierto. Con 17 años se subió en una patera con el objetivo de llegar a Europa. Por el camino perdió a decenas de amigos. Su historia ahora tiene un objetivo: Dar voz a los que murieron.